El pasado 3 de mayo se celebró el Día Mundial de la Libertad de Prensa, fecha destinada a poner de relieve la importancia que tiene el ejercicio de las comunicaciones, la labor periodística y la existencia de medios de comunicación independientes, autónomos y libres de censura, como condición básica para la democracia, la paz, la participación informada y el respeto a los derechos humanos.
Este día fue proclamado por las Naciones Unida en 1993 han existido avances notorios en las formas de ejercicio de la prensa y la libertad de expresión, sobre todo gracias a la implementación de las nuevas tecnologías, redes sociales y diversas plataformas en las cuales, tanto las y los periodistas y comunicadores/as, como las personas, pueden difundir información y contribuir a hacer un contrapeso a los poderes.
Sin embargo, este escenario también se ha visto afectado por el florecimiento de abundante información falsa que, lejos de contribuir a una ciudadanía informada y activa, genera confusión y falta de legitimidad hacia las instituciones y los propios medios. Tal como señala la ONU, “se extiende la desinformación e información errónea, tanto en línea como en otros medios, con graves repercusiones para las instituciones que sustentan la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos”.
Este día mundial coincide con la Declaración de Windhoek, en la cual los representantes de medios de comunicación africanos que participaban en un seminario organizado por la UNESCO en la capital de Namibia, elaboraron un documento donde se recogían los principios de la libertad de prensa.
Pasados 30 años, este día sigue tan vigente como nunca, para recordar a los gobiernos y Estados del mundo la importancia de garantizar el libre ejercicio de la libertad de prensa, así como la existencia de medios de comunicación que desarrollen su labor sin ningún tipo de presión. Pero también, para recordar a los medios que la libertad de expresión, en tanto derechos humanos, debe estar al servicio del respeto y garantía de los otros derechos, bajo estándares de responsabilidad, juicio crítico, veracidad y compromiso con la dignidad humana.
La buena noticia es que Chile será sede del próximo encuentro mundial de la libertad de prensa, en 2024, como una oportunidad para afianzar compromisos con esta materia y reforzar el deber de proteger a quienes realizan estas labores, como son periodistas, camarógrafos, técnicos, reporteros, editores/as, etc. Este encuentro coincidirá con los 30 años de la firma de la “Declaración de Santiago de Chile sobre el Desarrollo de los Medios de Comunicación y la Democracia en América Latina y el Caribe».