En 1990 Chile recuperó la democracia, luego de vivir una dictadura cívico militar de 17 años, en que se violaron los derechos humanos de millones de personas, por parte de otras que trabajaban para el Estado, bajo el mando de Augusto Pinochet. Miles de ellas fueron detenidas y llevadas a lugares donde se les torturó y asesinó; hubo quienes fueron enviados fuera del país (exiliados) y no pudieron regresar durante muchos años; y paralelamente cientos de trabajadores/as perdieron sus empleos producto de sus ideas políticas (exonerados/as). De muchas de ellas aún se desconoce dónde están (detenidos/as desaparecidos/as).

Durante los 17 años de dictadura hubo numerosas personas que dedicaron sus esfuerzos, trabajo y energías a la defensa de los derechos humanos que eran masivamente atropellados, mediante la defensa de víctimas, la lucha por recuperar la democracia y la exigencia de verdad, justicia y reparación.    

Al conmemorarse 50 años del golpe de Estado en Chile, te invitamos a conocer la vida y obra de personas defensoras de los derechos humanos en diversas regiones del país, quienes en plena dictadura dieron lo mejor de sí por la justicia y la defensa de quienes sufrían el terrorismo de Estado.   

Arturo Zegarra Williamson, en la Región de Arica y Parinacota

María Inés Cajiao Malinarich, en la Región de Antofagasta

Nelson Muñoz Morales, en la Región de Tarapacá

Adriana Bórquez Adriazola, en la Región del Maule

Gonzalo Muñoz Otárola, en la Región de O´Higgins

José Luis Ysern de Arce, en la Región de Ñuble 

Sonia Hiriart Guina, en la Región de Los Ríos

Carmen Vivanco Vega, en la Región de Los Lagos

Edith Avendaño Vera, en la Región de Aysén

Manuel Águila Contreras, en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena

Amira Arratia Fernández, de la Región Metropolitana

Estas minibiografías se suman a las que ya conoces en nuestro sitio web, como una forma de reconocer el aporte y entrega con que ellas y ellos defendieron la dignidad humana en diversos territorios del país, en uno de los períodos más oscuros y dolorosos de nuestra historia reciente.

Si bien hay muchas opiniones y cada persona tiene recuerdos y una forma personal de ver la época, lo importante es que cada uno/a de nosotros/as se comprometa con un “nunca más”: Es decir, que jamás vuelvan a ocurrir violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos producidas por funcionarios/as del Estado, tanto civiles como militares.