La promoción y defensa de los derechos humanos es un horizonte ético que nos posiciona en el presente y nos orienta hacia el futuro. ¿Pero qué ocurre cuando los derechos humanos han sido atropellados en el pasado reciente? ¿Cómo se resuelven las vulneraciones sistemáticas, masivas e institucionalizadas? ¿Cómo intentar reparar el daño tras miles de exilios, capturas, muertes, torturas y desapariciones de personas, como ocurrió durante la dictadura cívico militar? ¿Qué hacer cuando décadas después miles de familias desconocen el paradero de sus seres queridos?
La verdad, la justicia y la reparación son los pilares que establecen los estándares internacionales de derechos humanos para otorgar reparación integral a las víctimas. Y en cuanto a formas de reparación, la preservación de la memoria intenta situar lo ocurrido en la realidad, para reivindicar la dignidad atropellada de quienes sufrieron el terrorismo de Estado, mediante instrumentos no materiales que nos recuerden lo ocurrido con un sentido formativo, sensibilizador y orientado a no repetir aquellos hechos.
Por esto, al cumplirse 49 años del Golpe de Estado, recordamos que la preservación de la memoria en relación a las víctimas es una forma de recordar como sociedad aquello que generó daño, para reflexionar y valorar el respeto a la dignidad humana, la democracia y la sana convivencia entre las personas y grupos.
Pero tal como hubo víctimas, hubo también muchas mujeres y hombres defensores de los derechos humanos dedicadas a la búsqueda de sus familiares, así como a la demanda de conocer la verdad; acceder a la justicia y obtener la merecida reparación. Muchos de ellos y ellas sin llegar a saber el paradero de sus seres queridos hasta hoy.
“Sin justicia ni verdad no hay reparación: no más impunidad”
Bajo este lema el INDH recuerda a las miles de víctimas de diversas formas de terrorismo de Estado durante la dictadura cívico militar. Y a su vez, a algunas de aquellas muchas personas defensoras de los derechos humanos durante uno de los períodos en que estos fueron vulnerados masiva y sistemáticamente.
A 49 años del golpe de Estado, te invitamos a conocer sus historias
Helmut Frenz, defensor de los derechos humanos de las personas perseguidas por motivos políticos durante la dictadura cívico militar.
Raúl Silva Henríquez, defensor de los derechos humanos de las personas perseguidas durante la dictadura e impulsor de la histórica Vicaría de la Solidaridad.
Sergio Valech, defensor de los derechos humanos de las víctimas de persecución política y de sus familiares. Existen dos instancias de verdad y calificación de víctimas que llevan su nombre.
Sola Sierra, promotora de los derechos humanos y de la organización de familiares y víctimas de la dictadura. Impulsora de la Agrupación de Familiares de Detenidos/as Desaparecidos/as.
Viviana Díaz, reconocida por su incansable búsqueda de verdad y justicia para miles de víctimas de la dictadura militar. Es la primera persona en recibir el Premio Nacional de Derechos Humanos en Chile, el año 2011.
José Aldunate Lyon, defensor y promotor de los derechos humanos de víctimas de la dictadura militar y de grupos vulnerados. Fue uno de los impulsores del Movimiento cotra la Tortura Sebastián Acevedo. Recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos en 2016.
Fabiola Letelier, abogada. Hermana del ex Canciller Orlando Letelier, asesinado durante la dictadura militar, trabajó en numerosas causas judiciales que lograron el procesamiento de líderes de organismos represivos. Recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos en 2018.
Roberto Garretón, defensor de los derechos humanos de víctimas de la dictadura mediante causas judiciales, acompañamiento y trabajo en la Vicaría de la Solidaridad. Recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos en el año 2020.
Tal como ellas y ellos, te invitamos a asumir un compromiso con los derechos humanos en todas sus dimensiones; a conocer nuestra historia reciente y preservar la memoria para que, como sociedad y en conjunto aprendamos, reflexionemos y encontremos formas democráticas y pacíficas de entendernos a través del diálogo, el sano debate y la consideración permanente de los derechos humanos como pilar fundamental.