ELBA BRAVO ROJAS

La vida de Elba Bravo no ha quedado registrada en los archivos históricos tradicionales de Chile, a pesar de la gran importancia de su labor a favor de uno de los ámbitos del trabajo donde más se requiere avanzar en el reconocimiento de sus derechos hasta el día de hoy: las labores de las trabajadoras de casa particular. Elba Bravo nació el 25 de septiembre de 1928 en Mataquito, sexta región. Sus padres fueron inquilinos en distintos fundos del sur del país. Las familias para quienes trabajaron se encargaron de darles a los hijos del matrimonio una educación religiosa, que Elba Bravo mantuvo durante su vida. Alrededor de los 20 años viajó sola rumbo a la capital para trabajar como dama de compañía de una tía del sacerdote Alfonso Baesa, en la comuna de Providencia. Luego de esa experiencia continuó, prácticamente toda su vida, desempeñándose como trabajadora de casa particular en Santiago y como dirigenta sindical del gremio al cual pertenecía. Entre 1948 y 1953, junto al sacerdote Bernadino Piñera, fundó la Asociación Nacional de Empleadas de Casa Particular (Anecap), institución de la cual llegó a ser su presidenta. Uno de sus logros fue la aprobación de la ley por el respeto de los días feriados de las trabajadoras de este gremio. Elba Bravo murió en Puente Alto, el 5 de agosto del año 2013.

Para lograr mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras de casa particular, Elba Bravo utilizó distintos mecanismos. El principal de ellos fue su participación en la creación y organización gremial en la cual actuó como dirigenta. Desde ese rol trabajó por lograr la unión y la organización entre las trabajadoras de su gremio. Al mismo tiempo, desde esa plataforma, ejerció incidencia legislativa, acción que llevó a cabo a través de reuniones sistemáticas con autoridades del poder Legislativo y Ejecutivo, para lograr la elaboración de nuevas leyes que las beneficiaran. No menos importante fue la labor de compañía, apoyo directo y los consejos que les brindó a todas sus compañeras, sobre todo a aquellas que se sentían discriminadas por sus trabajos. Así también, llevó a cabo instancias de promoción y educación a través de distintas actividades, como la dictación de charlas y elaboración y distribución de volantes, donde enseñaba cuáles eran y cuáles debían ser sus derechos laborales. Estas últimas actividades las realizaba en compañía de las mujeres que trabajaban en la Anecap.

Mientras Elba Bravo se desempeñaba como trabajadora de casa particular en el barrio alto de Santiago, se mantuvo ligada a la Iglesia Católica, a través de su participación en distintas parroquias, como por ejemplo, la parroquia “San Ignacio” de Estación Central. Junto al sacerdote Bernardino Piñera y otras socias fundadoras como Ana de la Fuente, María Pino y Ester Vegas, iniciaron entre los años 1948 y 1952 la organización de un “hogar de empleadas”, que posteriormente tomó el nombre de Anecap. Para lograrlo, Elba Bravo comenzó a “reclutar” trabajadoras de casa particular. De este modo, durante los años cincuenta, recorrió la Plaza de Armas, Estación Central y el Cerro Santa Lucía, buscando a trabajadoras de su sector. Con el tiempo fueron aumentando el número de socias y comenzaron a abrir filiales en regiones. Elba, como una de las dirigentas de la agrupación, visitaba las distintas ciudades del país y conversaba con las trabajadoras, para apoyarlas y concientizarlas acerca de la necesidad de luchar unidas por el mejoramiento de sus condiciones de trabajo.

Elba Bravo, también iba a las parroquias a dejar folletos para que los empleadores y las empleadoras permitieran la participación y asociación de quienes trabajaban en sus casas y para difundir entre ellas la misión de la Anecap. Según recuerdan quienes asistieron a los talleres que Elba Bravo realizó para las trabajadoras, ella les motivaba a exigir su derecho a vacaciones, ya que se trataba de un derecho legal. Incluso, para incentivarlas, llegó a conseguirse cabañas fuera de Santiago y un transporte para que las trabajadoras se atrevieran a pedir sus vacaciones. También las que presenciaron los talleres que Elba Bravo realizó, recuerdan que ella les enseñaba a resolver conflictos laborales, incluso si estos eran asociados a problemas de convivencia en sus lugares de trabajo. Para esto les expresaba que ellas eran personas igual que los empleadores y las empleadoras, que no debían sentirse inferiores porque aunque ellos o ellas se sintieran superiores por tener más dinero, eso no era así. Además les explicaba que para ser dirigentas tenían que ser pacientes, utilizar el diálogo, aprender a escuchar y ser discretas. Mientras llevaba a cabo estas actividades, entregó un proyecto de ley para el descanso de los días feriados, proyecto que se aprobó el año 2009.

El trabajo y la dedicación de Elba Bravo por la causa de las trabajadoras de casa particular no sólo se materializó en la ley. Además, caló profundo en la vida de muchas mujeres. El espacio que posibilitó Elba Bravo les permitió a las trabajadoras no sentirse solas, conversar con compañeras sobre sus vivencias laborales, intercambiar opiniones con ellas y exigir sus derechos. Por esto, su legado pervive también en las historias de vida de quienes compartieron con ella en la Anecap, que todavía mantiene los objetivos desde su fundación. Fruto de esta labor, las trabajadoras reconocen que su situación es mejor que en el pasado, ya que no se sienten tan discriminadas, ni son consideradas trabajadoras de segunda categoría, como antes sí lo sentían. El gremio ha tenido triunfos concretos, como el pago de sus imposiciones y el reconocimiento de los derechos al pre y post natal. Y recientemente, se promulgó la ley que fija en no más de 8 horas diarias la jornada de trabajo. Del mismo modo, han perseguido que el país ratifique el convenio 189 de la OIT sobre los trabajadores y las trabajadoras domésticas. El proceso de ratificación se inició en Chile el 30 de abril del 2014, sin embargo, el convenio fue adoptado por la Organización en junio de 2011.

Los contenidos de este sitio web se puede utilizar libremente citando la fuente. Para citas en Norma APA, usar la siguiente fórmula reemplazando los datos que están entre paréntesis.

Instituto Nacional de Derechos Humanos. (2013). Defensores y defensoras de derechos humanos. Recuperado el (día) de (mes) de (año), de https://www.defensoresydefensoras.indh.cl