NITZA CARREÑO MERCADO

Nitza Carreño Mercado nace el 28 de junio de 1952. Ha sido una permanente defensora de los derechos delas personas que viven con VIH/SIDA, luchando para mejorar su calidad de vida y poner fin a la discriminación y exclusión. En este sentido, ha impulsado la creación de organizaciones de la sociedad civil y diversas iniciativas de promoción de los derechos humanos.

Ella es hija de una pareja de profesores de la ciudad de Rancagua. Estudió Ingeniería de Ejecución Electrónica y Programación de Computadoras en la Universidad de Concepción, hasta el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Entonces, regresa a la ciudad de sus padres, donde empieza a trabajar como profesora de matemáticas, física e inglés. Comienza a participar en diversos organismos sindicales, tales como la Central Única de Trabajadores (CUT) de la Provincia del Cachapoal o el Colegio de Profesores, donde ha ocupado diversos cargos comunales y provinciales hasta el año 2014.

En el año 2001, crea la organización Alma Viva, que reúne y organiza a personas que viven con VIH-SIDA, desde donde trabaja para mejorar la calidad de vida y el reconocimiento de la dignidad de quienes viven con esta enfermedad, buscando romper la exclusión y discriminación que les afecta, actuando en la defensa de sus derechos, a través de campañas de difusión, charlas, colectas y otras acciones colectivas.

En su calidad de dirigenta y vocera de Alma Viva, Nitza fue invitada por el Gobierno de Cuba al Foro Comunitario del año 2003, donde expone sobre Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres con VIH-SIDA. Ese mismo año, asiste al Foro Mundial de Personas con VIH-SIDA, realizado en Kampala, Uganda. Posteriormente, expone en una sesión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Brasilia, sobre Discriminación Laboral y Escolar contra las personas que viven con esa enfermedad. Asimismo, protagoniza el documental “Por sus propios pies”, realizado por el australiano Benjamin King.

Actualmente, Nitza Carreño se desempeña como vocera pública y presidenta de Alma Viva, desde donde continúa trabajando por los derechos de las personas que viven con VIH-SIDA. Por su abnegación, solidaridad y compromiso en el desarrollo de su labor, ella ha sido reconocida por la comunidad en la que trabaja, más allá de ideologías o afinidades políticas.

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