Angélica Cid Rubio

Angélica del Carmen Cid Rubio nació el 25 de diciembre de 1961 en la ciudad de Angol, Región de la Araucanía. A los quince años se trasladó a Santiago. Trabajó como asesora del hogar y en una heladería, donde una amiga la invitó a reemplazar a una bailarina en un local nocturno. Allí conoce a un grupo de bailarinas llamado «Las panteras negras”. Tiempo después, juntas, se trasladan a Iquique y posteriormente a Antofagasta, donde experimentó las vulneraciones de derechos laborales junto a sus compañeras. Desde ese momento inicia su lucha, que busca que las mujeres trabajadoras de locales nocturnos y sexuales, cuenten con derechos laborales.

En Antofagasta termina la enseñanza media y accede a cursos de capacitación vinculados a la formación como monitora en prevención del VIH y de la violencia contra la mujer, forjándose como dirigenta social y sindical, además de promotora intercultural. Desde 1989 ha formado parte de diversas organizaciones de mujeres, promoviendo la organización entre ellas. En 1990 formó parte de la «Asociación Pro derecho de la Mujer Aprodem» y, posteriormente, ayuda a organizar la Agrupación de Mujeres Trabajadoras Nocturnas, «Angela Lina», que tiempo después se conformó en un sindicato cuyo propósito fue la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras sexuales, a fin de dignificar su trabajo.

Desarrolló un trabajo de educación a sus compañeras, incentivándolas a reconocerse como trabajadoras con derechos. Logró vinculación con diversas instancias gubernamentales para visibilizar las condiciones de muchas mujeres que, como ella, veían vulnerados sus derechos en los contextos laborales e institucionales. El Servicio Nacional de la Mujer, la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer, PRODEMU, y el Servicio de Salud se convierten en sus aliados para ejecutar proyectos de promoción y protección de derechos de las trabajadoras nocturnas, modificar protocolos de atención, trato y formas de ejercer supervisiones por parte del Estado en los locales nocturnos.

Angélica Cid ha sido reconocida por instituciones del Estado a nivel regional, por su colaboración constante y visibilización de los grupos de mujeres en contextos vulnerables. Durante el año 1994, recibió el reconocimiento por parte del Sernam, por su labor de monitora en prevención de la violencia contra las mujeres, en particular por el trabajo que desarrolló con los grupos de trabajadoras nocturnas y sexuales a nivel regional. El 8 de marzo del 2016 recibió el premio Elena Caffarena, categoría «Mujer destacada en la defensa de los Derechos Humanos», entregado por el gobierno regional y el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género, Sernameg. Actualmente representa en la región a Fundación Margen y forma parte de la Mesa lntercultural de Antofagasta, visibilizando las vulneraciones de derechos de mujeres trabajadoras sexuales y migrantes, además de otros espacios de incidencia social y política en Antofagasta.